M.C. Escher nació el 17 de junio de 1898. Fue el tercer hijo del segundo matrimonio de George Arnold Escher con Sara Gleichmann. Su padre, G.A. Escher, ya tenía dos hijos de un matrimonio anterior. Recibió el nombre de Maurits Cornelis en honor a un tío de su madre. Cuando era pequeño, la familia modificó su nombre, llamándole «Maukie» de modo familiar y, posteriormente, «Mauk», nombre que también utilizarían sus amigos.
El padre de Escher era ingeniero hidromecánico y fue uno de los ocho expertos neerlandeses que trabajaron en Japón a finales del siglo XIX por invitación del emperador. Tras volver a los Países Bajos, en 1890, su padre pasó a ocupar el cargo de ingeniero jefe de segunda clase en el Ministerio de Recursos Hídricos, en Leeuwarden. Alquiló la casa de Prinsessehof para su familia, lugar en el que tenía su despacho.
En 1903, la familia se trasladó a Arnhem. Maurits disfrutó de una infancia feliz a pesar de sufrir muchas enfermedades. Cuando tenía siete años (en 1905), tuvo que pasar mucho tiempo en un centro para niños convalecientes en Zandvoort para mejorar su fortaleza física. Como sus hermanos, Escher recibió una amplia educación, incluyendo carpintería y lecciones de piano, y había un telescopio en la cubierta plana de la casa que utilizaban frecuentemente tanto él como su padre. Desde pequeño también se entretenía dibujando.
En 1912, M.C. Escher fue al instituto de educación secundaria de Arnhem. Allí conoció a amigos que lo fueron toda su vida: Roosje Ingen Housz, Bas Kist, Jan van der Does de Willebois y su hermana Fiet. A Escher no le interesaban las clases, no era un alumno destacado y, en 1918, suspendió los exámenes finales. Sin embargo, a través de los contactos de su padre, fue aceptado como estudiante de primer curso en la Universidad Técnica de Delft. Sus padres tenían la esperanza de que se hiciera arquitecto.
En Delft las cosas no le fueron bien y Escher no acabó ni siquiera el primer año. Llegó a un acuerdo con sus padres y en septiembre de 1919, comenzó los estudios en la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem. Entró en el departamento de Arquitectura, pero a la semana mostró su trabajo al profesor de artes gráficas, Samuel Jessurun de Mesquita. Él le aconsejó que cambiara al departamento de Artes Gráficas. Tras una conversación con Jessurun de Mesquita, los padres dieron su consentimiento: Maurits podía convertirse en artista gráfico.
Una de las objeciones que tenía el padre de Escher en contra de la elección de profesión de su hijo era que sospechaba que no sería capaz de ganarse la vida en el futuro. Ciertamente, así pareció ocurrir tras finalizar su periodo educativo. Los padres de Escher (y tras su matrimonio en 1924, también sus suegros) prestaron apoyo a la familia de M.C. Escher. Escher padre ayudó a todos sus hijos cuando fue necesario. En este sentido, el apoyo a Maurits no fue algo excepcional.
Tras su etapa universitaria en Haarlem, Escher realizó varios viajes de larga duración a Italia y, en 1922, a España. Fue entonces cuando visitó por primera vez la Alhambra de Granada, donde vio los azulejos árabes con su decoración basada en formas repetitivas, que más tarde influirán mucho en su obra. En marzo de 1923, Escher conoció a la familia suiza Umiker en la ciudad italiana de Ravello. Se enamoró de la hija pequeña, Giulietta, a la que llamaban Jetta. En los meses posteriores, cuando Jetta volvió a Suiza, se produjo un intenso intercambio epistolar. Al final, el 12 de junio de 1924, se celebró el matrimonio entre Maurits Escher y Jetta Umiker en Viareggio.
En febrero de 1924, Escher realizó la primera exposición neerlandesa en la galería De Zonnebloem de La Haya. Su obra fue elogiada en la publicación mensual ilustrada de Elsevier de junio de 1924.
A partir de 1926, expuso con regularidad en Italia y en los Países Bajos, por ejemplo, en el Pulchri Studio de La Haya, en Ámsterdam, Leeuwarden y Utrecht, pero también en Varsovia, Praga y Madrid. Desde 1929, Escher hizo litografías cada vez con más frecuencia. Por medio de grabados como Goriano Sicoli, Abruzos (1929) y Autorretrato (1929) aprende a dominar la técnica y a perfeccionarla con el paso del tiempo. En 1934, su grabado Nonza, Córcega (1934), del pueblo corso de Nonza, ganó el tercer premio en la «Exposición de grabados contemporáneos» del Instituto de Arte de Chicago. Sus viajes por Italia, España y Córcega le siguieron sirviendo de inspiración para su arte. Incluso aunque sus grabados de paisajes y ciudades no sirvieron para que fuera realmente famoso, poco a poco se fue abriendo paso para darse a conocer como artista. Pese a ello, Escher siguió teniendo muchos problemas para crear una buena base financiera para él y su familia.
Entre tanto, la vida en Roma era cada vez más difícil. A su hijo Arthur le diagnosticaron que tenía tuberculosis y a Escher tampoco le gustaba el creciente fascismo que dominaba en Italia. El 4 de julio de 1935, Maurits, Jetta y sus dos hijos se mudaron al municipio de Châteaux-d’Oex en Suiza. Sin embargo, el entorno aislado y frío hicieron que Escher se sintiera muy triste. Por tanto, la familia se quedó ahí poco tiempo y en 1937 se mudaron a Ukkel, cerca de Bruselas. Ahí es donde nació en 1938 su tercer hijo, Jan.
En Italia, Escher se había inspirado hasta entonces en el paisaje mediterráneo. En sus grabados, la naturaleza y la percepción de esta juegan un papel fundamental. Debido a ello, las representaciones de Escher siempre parecen estar bastante cerca de la realidad. En cambio, el paisaje de Suiza y Bélgica apenas le inspiraba y Escher empezó a centrarse cada vez más en su propia fantasía. La fascinación que tenía por los paisajes dio paso a la fascinación por los paisajes mentales: “paisajes” totalmente imaginarios, procedentes de la propia mente de Escher. Se podía quedar pensando durante horas en la creación de mundos nuevos llenos de imposibilidades, pero siempre con Italia como punto de referencia. En los grabados Naturaleza muerta con espejo (1934) y Naturaleza muerta y calle (1937), Escher representa estas situaciones imposibles e imaginarias en un entorno italiano.
En 1936 Escher y Jetta hacen un largo viaje por mar a España. En él, Escher visita por segunda vez la Alhambra de Granada y también la Mezquita de Córdoba. A partir de ese momento, se vuelve a centrar en hacer rellenos de planos. Estos patrones agrupados empiezan a constituir con más frecuencia la base de sus grabados.
Finalmente se asentaron en Baarn en 1941. De este modo, Escher volvía a estar en suelo holandés. Aunque echaba de menos el paisaje italiano, se sentía como en casa y, por consiguiente, se quedará a vivir en los Países Bajos hasta su muerte. Durante la Segunda Guerra Mundial hizo pocos grabados nuevos. Como se negó a inscribirse en la Cámara de Cultura Neerlandesa, en esa época Escher tampoco pudo participar en exposiciones.
Incluso antes de su éxito internacional tras la Segunda Guerra Mundial, Escher siempre había ganado dinero con la venta de sus grabados. Sin embargo, no era suficiente para poder mantener a su familia. Además de su trabajo libre, recibió con regularidad encargos como taraceas en madera para el ayuntamiento de Leiden en 1940-41, sellos de correos y ex libris. Produjo ilustraciones para los libros de sus amigos o realizó otros encargos. Desde la segunda mitad de los años treinta, Escher empezaría a experimentar más con escenas imposibles y sorprendentes con las que atrajo cada vez más miradas.
En 1951, la revista profesional británica The Studio escribió sobre su trabajo. A continuación, las dos revistas internacionales de divulgación Time y Life se interesaron por la obra de Escher. Esto suscitó un gran interés en Estados Unidos. Escher recibió peticiones de nuevos grabados, Día y Noche (1938) fue recibido con particular entusiasmo. El propio Escher imprimía sus xilografías y más tarde se quejaría de haber tenido que imprimir más de 600 ejemplares de este grabado. En 1961, E.H. Gombrich escribió sobre la obra de Escher en el Saturday Evening Post.
Además, Escher presentó entonces exposiciones en el museo de arte moderno municipal de Ámsterdam (como parte de una conferencia internacional de matemáticas) y en varios lugares de Estados Unidos y Gran Bretaña. Finalmente, en 1968, en el Consejo del Museo de La Haya, se celebró la primera exposición retrospectiva de Escher en honor a su 70º aniversario. En 1955, M.C. Escher fue nombrado caballero de la Orden de Oranje Nassau, en 1965 fue galardonado con el Premio de Cultura de la ciudad de Hilversum y en 1967 recibió otra condecoración real.
Desde su más temprana juventud, la salud de M.C. Escher no había sido buena. En sus últimos años, se sometió a dos operaciones quirúrgicas importantes. En 1969, Escher realizó su xilografía a fibra final: Serpientes. Tras ello, siguió imprimiendo obras antiguas, pero no creó ninguna otra nueva. Como la salud de Escher empeoró, a partir de 1970 vivió en la Casa Rosa Spier de Laren. Esta residencia fue fundada en 1969 por la arpista holandesa Rosa Spier como comunidad de residencia y trabajo para artistas y científicos mayores. Ahí estaba rodeado de personas con las mismas inquietudes.
M.C. Escher murió el 27 de marzo de 1972 en el hospital Diakonessehuis de Hilversum.